Una dieta fracasa cuando no es sostenible. Si realizas una dieta muy estricta o que altera completamente tu ritmo de vida te vas a cansar, vas a tener mucha ansiedad y por ende la vas a abandonar. 

El momento que abandonas dicha dieta retomas tus viejos hábitos alimenticios y vuelves a recuperar el peso perdido o incluso más.

Como consecuencia vives en un círculo vicioso donde pruebas algo nuevo, bajas de peso, te cansas, abandonas y vuelves a donde empezaste. 

Para que una dieta funcione debe ser en base al estilo de vida que llevas, con los alimentos que te gustan y los horarios convenientes para tí. Solo de este modo vas a poder mantener dichos cambios y la pérdida va a ser permanente.

Cuando hay restricciones el paciente vive pensando en lo que no puede comer y por ende le da más ganas de comerlo. No hay necesidad de restringir, sino de aprender a consumir la cantidad y calidad adecuada.